domingo, 16 de septiembre de 2007

and no more shall we part


ya no escribo aquí... y aunque ahora tengo un cuaderno tampoco me he dedicado a escribir en él.
creo que lo ocupé dos veces. la primera fue sólo para decirle a alguien algunas cosas que no era capaz de decirle a la cara, como decirle que no quería verlo más, que se fuera, que no volviera, que me sentía horrible a su lado; hasta que fui capaz, pero mis palabras nunca fueron tan duras como esas que escribí entre la rabia y el dolor del corazón, desde ahí esa hoja quedó obsoleta, pero la conservé, a vista y paciencia de todos, para que a mí no se me olvide y a ti tampoco.
luego lo ocupé cuando comencé a leer un libro, para anotar las ideas importantes, es un libro sobre como escribir, pero no lo seguí porque me he vuelto incapaz de concluir algo. y ahí lo deje, a solas con su suerte, que no es mucha.

por ahora, lo único que escribo es una carta para pepe, creo que la comencé hace un mes, no puedo terminarla... la contradicción me persigue y la he empezado unas cuatro o cinco veces, porque cada vez que escribo me siento en un estado distinto de todo esto. la carta, es una carta más de desamor que de amor, o de amor sin mesura (and be happy in my company for I love you without measure _nick cave_). Y la naturaleza del amor*, es una cosa tan impredecible e implacable que puedo llegar a empezar mi carta 20 veces, sintiendo las 20 veces algo distinto e inexplicable.

creo que ahora me acostaré. tengo dos películas para ver: el último tango en parís y antes del amanecer. puede ser que después de verlas, llegue a alguna conclusión y termine mi carta, que, irremediablemente estará subyugada a mis sentimientos en ese momento.

*es el título de una película de Arcand que vi hace poco, pero que por mucho que sea de él, y por mucho que haya estado como dos semanas triste después de ver Las Invasiones Bárbaras, no se la recomendaría a nadie, lo único que sirve de ella es su título.

2 comentarios:

TEo dijo...

Hace aproximadamente 8 años tengo un cuaderno, todavía no lo lleno, escribí en el muy seguido, y otras veces pasaron meses sin tocarlo. Cuando llegue a la última hoja mi intención es quemarlo.

José Esteban dijo...

necesito esas veinte cartas, plis.